Hoy, durante la madrugada, he movido un poquito hacia atrás las manecillas del reloj, porque no puedo detener el tiempo pero si robarle unos segunditos (aunque sea de mentira) para seguir soñándote en silencio antes de que llegue el amanecer, en la oscuridad de la noche… ¿No lo has oído? Estaba tan contento mi corazón por retenerte un poco más que se oía más el “pumpun, pumpum…” que el “tic, tac, tic, tac”.

No hay comentarios: