sueños...

Estábamos tan cerquita que a nuestros labios solo los separaban unas décimas de segundo y un beso tímido que no se decidía a coger forma y se escondía entre las comisuras de los labios, los tuyos y los míos. Cerré los ojos fuerte, para ver si al abrirlos te habías esfumado… uno, dos y… ¡voilá! Cuando abrí los ojos ya no estabas. Otro sueño que guardar bajo la almohada.

No hay comentarios: