...

Ese día me había quedado sin dos cosas.
Sin arroz al cocinar… y sin aliento al mirarle.


Jaque mate!

Por un momento se me intoxicó el corazón de la rabia al volver a tropezarme contigo de esa manera… Estas con otra chica (muy guapa, por cierto) y lo más que he sentido ha sido indiferencia. ¡Vaya, qué buena señal! ¡ya no me importas!
Por un momento pensé que tus últimos movimientos tenían su razón de ser en una burla estúpida hacia a mí, pero… ¿sabes qué? Ya me da igual. Ahora muevo ficha yo y con un solo movimiento...
JAQUE MATE.
Estás fuera de mi vida… Nuestro cuento se acabó, no más comas ni puntos y seguido, adiós también a los puntos y aparte. Se acabaron los guiones de mentiras y promesas incumplidas, me despido con cariño de los paréntesis infinitos y por fin, pongo punto y final.
Que te vaya bonito, que no te vaya mal… deseo que todo te vaya de vicio, me voy ahí te quedas… (8)

Att.: la que nunca más volverá a hablar de ti.

en sueños

Intentando disimular que ya se había despertado al apagar el despertador, se volvió a tapar con su edredón de corazones rosa pastel. Se cubrió la nariz, la frente y el pelo rebujado. Se acurrucó convirtiendo su cuerpo en un ovillo de lana suavecita, dejando la almohada lejos de su cabeza y las rodillas flexionadas cerquita de su corazón, lejos de los pies de la cama, no sea que alguien tirase de ella hacia la mañana… Y desde ahí, cerrando los ojos con todas sus fuerzas, intentó imaginarse la noche y volver a soñar… rescatar ese sueño de entre las sábanas. Ese sueño que la hacía feliz aunque fuera durmiendo porque él estaba a su lado.

Gracias Little dream =)

Primer premio (dardo y blog de oro):

Segundo premio (blog de oro):



Gracias por estos premios Little Dream, me ha hecho muchísima ilusión saber que te gusta mi blog al menos un poquito como para otorgarme este reconocimiento. Eres muy linda cariño, GRACIAS GRACIAS GRACIAS =)
A todo el que quiera pasar un ratito leyendo cosas lindas, les recomiendo el blog de la personita que me ha hecho este regalito tan bello: http://drkdr3am.blogspot.com/

Se supone que debería seguir las reglas de los dos premios en orden pero prefiero hacerlo todo en uno y entregar ambos premios a las mismas personas.

1) Agradecimiento:
¡GRACIAS sol de invierno!
2) Nombrar su blog:
http://drkdr3am.blogspot.com/
3) Otorgar el premio a otros blogs (se supone que son 10, se supone) y notificarlo:
Hapihapilive:
http://microalbumdefotos.blogspot.com/

Lenika:
http://lenika-miscosas.blogspot.com/

Diario de nuestros pensamientos:
http://diariodenuestrospensamientos.blogspot.com/

4) Decir 10 cosas honestas sobre mí (esto es una regla específica del segundo premio):
1- Me encantan los abrazos, darlos y recibirlos.
2- Hasta hace tres años era incapaz pero ahora digo mucho "te quiero" a quienes me importan porque así si mañana me muero no tengo que arrepentirme de no haberlo dicho nunca.
3- Pese a lo que dice en 2, me cuesta decirle "te quiero" a la persona que más quiero, es decir, a mi madre. (Ya... yo tampoco lo entiendo...)
4- Adoro el olor a café pero no me gusta su sabor y siempre tomo descafeinado de sobre.
5- Me fijo mucho en los pequeños detalles de las personas... en sus rasgos característicos...
6- Cuando un niño me mira el brazo izquierdo (tengo una discapacidad) y se asusta me da penita e intento acercarme o sonreírle para reconfortarle, cuando me mira fijamente un "adulto" indiscreto y se horroriza me dan ganas de sacar mi lado macarra.
7- Odio las cucarachas y siempre aparece una por la calle en el momento preciso para hacerme pasar un ridículo horrible.
8- El chiste de los tomates que le cuento a todo el mundo y siempre digo que lo aprendí ayer en realidad lo aprendí cuando tenía unos 6 o 7 años.
9- A veces no me doy cuenta y camino por la casa a oscuras y a veces voy dejando luces encendidas detrás de mí, cuando me doy cuenta corro a apagarlas y discuto conmigo misma.
10- No se por qué pero me llevo mal con todos los microhondas.



Y eso es todo =)=)

Una vez más: GRACIAS Little Dream **

...

Quizás no te amaba a ti, pero amaba la chispa de tu mirada, habitualmente tan fría e imperturbable, al decirme "te quiero". La amABA, aunque nunca te dijera "Te quiero". Amaba esa chispita hasta que comprendí que nuestros caminos debían separarse porque valía más separarnos que seguir haciéndonos daño.


Ahora el tiempo duele, porque pasa y no hay vuelta atrás, porque hoy echo de menos los "te quiero" acompañados de aquella chispita. Ahora el tiempo duele porque después de tres meses de romper el "nosotros" comprendo que la chispita que tanto amaba era una prueba de tu sinceridad, esa que nunca creí hasta que esta madrugada, por un segundo, me paré a pensar. Quizás algún día nuestros caminos se crucen, quizás no, ya da igual... No te quiero. Sólo espero que esa chispa de tus ojos no se apague jamás, quién sabe... quizás otra se de cuenta antes que yo de tu sinceridad y no se refugie en tus celos, como hice yo, para excusar el fin de algo así... quizás otra sí se atreva a amarte hasta la médula sin reservas. Ya ves cariño, aunque lo intentamos yo nunca fui tu "princesa de fresa" ni tu mi "único sol de invierno (ese que se agradece más que el de verano porque da calorcito en los momentos más fríos)", sin embargo hoy no puedo evitar ser "la chica melancolía" y decir que pese a estar bien sola, pese a seguir creyendo que no estoy hecha para tener pareja, hoy echo de menos aquella chispita de tus ojos. Esa que brillaba en tus pupilas al compás de tus "te quiero".
......
.....
....
...
..
.
PD: Anochece y, al filo de la puesta de sol, vuelvo a este rinconcito porque necesitaba “decir” ciertas cosas, aunque el destinatario no las "escuche" jamás. Si seguís por ahí GRACIAS. Está siendo un verano movidito y no había podido pasar por aquí, lo siento…

...

Ella que inventó 1000 formas de decirle te quiero sin decir las palabras por culpa de sus miedos. Ella se quedó sola, abandonada y tan sólo con aquel verbo sin conjugar en los labios. Y así la encontró él, el que vino después, llorando en aquel rincón del parque sentada en el césped, con lágrimas que brotaban de sus ojos como si éstos fueran un manantial que nunca desaparece. Se fijó un poco en sus manos, finas y temblorosas que sostenían un manojo de sentimientos enmarañados entre sus dedos. Le pareció tan frágil y triste allí sentada que se acercó a saludarla, no entendía cómo alguien podía estar tan triste en un día tan radiante.
-Hola, qué bonita está la tarde ahora que los días son más largos, ¿verdad?
-Sí-contestó ella sin levantar la cabeza del suelo.
Él se sintió incómodo y le pasó lo de siempre, soltó una carcajada nerviosa que ella no entendió y que se rompió en pedacitos cuando ella levantó la cabeza y lo miró desconcertada. Él no supo que decir al verle los ojos, ahogó una exclamación en un suspiro y apartó la mirada avergonzado. Algo en su mirada le dijo tantas cosas que sin mediar una sola palabra más se sentó a su lado, y vio anochecer en silencio sentado ahí. Y justo cuando la luna aprovechó aquel mismo rincón del parque para jugar, ella se levantó y se despidió con un simple “Gracias”. Y él se quedó ahí recogiendo aquellos sentimientos enmarañados que ella dejó en el suelo, los fue metiendo poco a poco en sus bolsillos y pensó que, cuando llegara a casa, los iba a meter en una cajita en la que después escribiría con permanente: "Muy frágil"

¿Y si...

...de repente, encojo… encojo… encojo…

me convierto en piedra…
y dejo de sentir?

Porque hoy quiero olvidar que alguna vez me pusiste el zapatito...

Lo siento cariño, hoy no seré tu cenicienta convertida en princesa. Que se vaya del baile a las doce tu abuelita, que está mayor, yo me voy después de las tres como mínimo que a las doce es cuando empiezo a cogerle gustillo al baile. ¿Zapatitos de cristal? Ésos que se los ponga tu tía que ya sé yo, desde que vi la lámpara de su recibidor, que le encanta el cristal…Y no te preocupes, no quiero la carroza convertida en calabaza como castigo por salir tarde del baile, prefiero usar transporte público o ir andando, antes que llegar a casa envuelta en perfume de calabaza… ya ves, prefiero oler a manzana… Y si después de todo esto tú no quieres bailar conmigo no te preocupes, no sé bailar asique mi desparrame de pasos arrítmicos lo haré sola… total, para pegarte pisotones, mejor no me sacas a bailar, ¿verdad?
Quizás yo nunca fui tu princesa, ni tú mi sapo venido a más…

otra vez tú...

Hoy el aire huele a ti, mi ropa, mis gestos, mi mirada, cada pestañeo…hoy todo te pertenece. No me preguntes por qué, sólo sé que te marchaste y te llevaste mi esencia contigo dejándome a mí tu recuerdo, tu ausencia. Hoy el aire huele a ti, todo lo que me rodea hace que te evoque y el silencio, ese silencio tan ensordecedor que dejaste, me recuerda que te has ido. Sí, hoy el aire huele a ti y en el verano que marca el calendario he inventado un nuevo invierno para ignorar el calor y meterme bajo la sábana, la manta y el edredón e intentar abrigarme el alma y protegerla de mi frío noviembre. ¡No puede ser! ¡Otra vez no! ¡Corriendo de nuevo al baño a meterme en la ducha! Abro el grifo y me lavo a conciencia con todos los jabones que encuentro cerca y es que hasta mi cama está contaminada porque hoy todo huele a ti y ya es la tercera vez en un día que cambiaré las sábanas.

Una (sólo una) de dos

Un día claro de junio, ahí empezó todo, las miradas, las sonrisas, tus celos... Conseguí sostener tú mirada en mis ojos, algo en ella me decía que quizás valía la pena, algo en ella me engañó. Me abrazaste y aguanté.
-¿Qué vas a hacer?- te dije
-¿Qué quieres que haga?- contestaste
-Es fácil, solo tienes dos opciones. Elige una… o me besas o me dejas huir de aquí, (de tu abrazo…) pero hagas lo que hagas hazlo pronto, antes de que me arrepienta de estar esperando que actúes en lugar de estar corriendo lejos, muy lejos… (donde no puedas encontrarme a mí, ni a la estela de mi recuerdo.)
Elegiste la primera y, por primera vez en mi vida, aguanté a tu lado durante meses... hasta que tú te cansaste de jugar con aquella muñequita nueva que encontraste perdida aquel claro día de junio. Lo peor es que nunca entendiste que sólo podías elegir una de dos y tú optaste por mantener la primera durante un tiempo y después lanzarme a la segunda...
¡Para una vez que no salí corriendo yo... tuve que tropezarme contigo!

Hablando de sentimientos

Hay momentos en que el diccionario a penas funciona salvo como sujetapapeles quizás, y todo porque no existen adjetivos, ni adverbios, ni ninguna palabra de la "a" a la "z" que explique un sentimiento.

Había pasado algo, ella no sabía explicar qué… El caso fue que lo miró y el tiempo se detuvo. De las puntas de sus dedos nació un escalofrío que recorrió todo su cuerpo y de sus labios brotó una sonrisa impregnada de esperanza… No tenía ni idea de lo que significaba eso, de lo que sentía ni de la palabra que definía el momento, pero era algo especial, muy especial.

Cosas de Clara

-Vete a la mierda.
-Si vienes conmigo vamos a donde tú quieras.
-Que me olvides, no quiero que vengas conmigo a ningún sitio.
-Ya te olvidaré cuando deje de quererte.
-¿Que me quieres? ¡Ja!
-Sí, y lo sabes. ¿Por qué no te atreves a quererme (te) tú?
-Me voy a dormir, estoy cansada.
-No hace falta que respondas, no. Pero mañana si te decides a SENTIR, quiéreme (te) si te atreves.

Y se marchó, una vez más le huyó al amor… o a la vida en sí… y en aquellas lágrimas de despedida que se enjugó con rapidez se transparentó un sentimiento que no era amistad, ni cariño. Era algo mucho más grande, era el amor al que le huía. Una muestra visible de sus sentimientos… esos que se escurrían por sus mejillas y morirían en sus labios, labios que quedaban mudos de tristeza.

sueños...

Estábamos tan cerquita que a nuestros labios solo los separaban unas décimas de segundo y un beso tímido que no se decidía a coger forma y se escondía entre las comisuras de los labios, los tuyos y los míos. Cerré los ojos fuerte, para ver si al abrirlos te habías esfumado… uno, dos y… ¡voilá! Cuando abrí los ojos ya no estabas. Otro sueño que guardar bajo la almohada.

Clara

Clara era una chica de todo menos clara, siempre llevaba máscara porque creía tener rasgos delatadores. Había días que se colocaba la sonrisa con alfileres, días que borraba la preocupación y se calzaba la seguridad, días en los que perdía la máscara y sólo parecía una caricatura de lo que en realidad era. Esos días “pobre Clara”, pensaban todos, cuando al perder la máscara se quedaba tan desnuda como una traficante de sexo en plena noche de caricias fingidas. Era tan insegura… que era capaz de decir “te odio” a quien más amaba, simplemente porque no soportaba ser clara. Aunque lo que ella realmente deseaba era amar y no odiar; ella quería contar los lunares de su espalda, acariciar sus manos, mirar sus ojos y besarle con la mirada, coleccionar canciones dedicadas y regalar silencios cómplices que griten “¡te quiero!”...

...

-¡Estoy harto de que me mientas! ¿Por qué no me contaste que tenías problemas?
-No encontré nunca el momento.
-¿Pero no te das cuenta? Te lo tragas todo tú sola, sin pedir ayuda a nadie. Te pregunté más de una vez si estabas bien y siempre contestabas que sí y sonreías. ¿Cuántas veces me has mentido?
-Lo siento… tienes motivos para estar enfadado pero no quería hacerte participe de mis problemas.
-Siempre lo arreglas todo igual, crees que siempre después de disculparte vendrá el beso y se arreglará todo y luego… ¿otra mentira, como la mitad de lo que dices?
-No, no viene el beso, se que estás cansado y lo entiendo… incluso encontraría lógico que te dieras la vuelta y te marcharas… aun así voy a decirte dos cosas, te quiero pero no te necesito. Tú decides cual de las dos es mentira…

Muñeca de trapo

¿Dónde quedaron las miradas de enamorados, aquellas que se dedicaban día y noche, con la vista fija en las pupilas del otro, mientras la sonrisa de atontados se instalaba en sus labios? La pequeña muñeca de trapo se había ido desbaratando por las costuras y tenía tantos remiendos a causa de amores fracasados que sabía con certeza que, una vez más, aquella ausencia de miradas era irrevocable. No quedaba nada del amor que un día la unió al que ella creía que sería su amor definitivo, ya no quedaba nada. La frágil muñequita de trapo tenía otra rasgadura más en su corazón ya de por sí hecho jirones, en él sólo le quedaban las lágrimas furtivas que un día penetraron en su órgano vital, y en los labios sólo el carmín intacto que él nunca volvería a saborear junto a la sonrisa gastada y los “te quiero” costumbristas que algún día terminarían de desaparecer. Pobre muñeca, ella que siempre creyó en los príncipes azules de los cuentos, una vez más se veía obligada a aceptar que su príncipe desteñía. ¿Qué iba a hacer, cuando, por enésima vez, todos sus sueños se reducían a cenizas? Pobre muñeca de trapo que lo dejó todo para vagar por las calles de cualquier ciudad; la tuya, la mía, buscando a otro príncipe azul. Pobre muñeca, que después de todo seguía pensando que lo necesitaba para dar sentido a su vida. Y todo porque nunca le contaron que hasta el mejor de los príncipes azules se puede convertir en sapo y la más frágil de las princesas (o muñecas de trapo) puede vivir feliz y comer perdices sola.


Ey, ¡tú!, muñequita, hazme caso, no se necesita a ningún príncipe para vivir y las perdices tampoco son nada del otro mundo (por si me sueltas la excusa de que tú también querías comerlas acompañada de tu príncipe).

¿no te das cuenta, idiota?




Contigo se me acaban las palabras, me quedo muda sin saber qué decir. Revoloteas en mi mente como mariposas alegres en primavera, te imagino cubriendo mi cintura con tus besos y recuerdo tu mirada a cada instante para sentirte cerca… ¿No te das cuenta, idiota? Que la ilusión se me evapora cuando te escurres con las palabras de despedida. ¿Cómo quieres que te lo diga? Estás totalmente ciego…

Hoy, durante la madrugada, he movido un poquito hacia atrás las manecillas del reloj, porque no puedo detener el tiempo pero si robarle unos segunditos (aunque sea de mentira) para seguir soñándote en silencio antes de que llegue el amanecer, en la oscuridad de la noche… ¿No lo has oído? Estaba tan contento mi corazón por retenerte un poco más que se oía más el “pumpun, pumpum…” que el “tic, tac, tic, tac”.

...

Hace días volví a recordarte, después de tanto tiempo… Llamé a un amigo “principito” y no pude evitar que tu imagen irrumpiera en mi cabeza. Entonces busqué el libro en el que dormía ya eternamente la flor marchita que me regalaste hace tanto… “Una flor para otra flor” dijiste, y no pude evitar sonrojarme. Agaché la cabeza para que no lo vieras pero, con aquel cariño que siempre me profesaban tus manos, me cogiste de la barbilla suavemente y me besaste, nuestro primer beso, el único. ¿Cuánto duró? uno, dos, cinco minutos… creí quedarme sin respiración en algún momento pero me gustaba tanto sentir aquel beso que de tus labios bebía vida. “¡Menos mal!” pensé yo, que habías cerrado los ojos y así no veías la lágrima que corría por una de mis mejillas, aun sonrojada. Lástima que esa fuera la única lágrima de felicidad que derramaría por ti, lástima, con todas las que derramé… Y hoy, ya cansada de recuerdos absurdos, he tirado la flor en un jardín que hay junto a mi casa. Un jardín repleto de amapolas que veo desde mi ventana donde, desde hace un ratito, desentona ese lirio blanco que ahora solo representa un puñado de recuerdos marchitos que se esfumarán poco a poco, quizás hoy no, ni mañana, pero sí pronto.

...

Hace unos días, hablando con alguien por el msn, llamémoslo “sujeto A”, me quedé de piedra cuando la conversación se fue tornando de saludo a desvarío después de que él me dijo:
- ¿No te aburre la soledad?
Me quedé un rato pensando y cuando al fin creí encontrar las palabras adecuadas no me salió nada de los labios (ni de los dedos) salvo un “en fin…”, y mientras, en mi cabeza, sólo una imagen se repetía sin cesar, la SUYA… Entonces Sujeto A me dijo:
- ¿Y cómo hago para enamorarte?
¡No pude evitarlo!, me salió una carcajada tras la que contesté:
-Busca a otra, no podré verte nunca como algo más que un amigo.
-No puedo buscar a otra, ya encontré a la chica de mis sueños…
-¡Pues despierta antes de que se convierta en pesadilla!
-Al menos déjame que intente enamorarte.
Guardé silencio. Cinco, seis, siete minutos… Una respuesta.
-Bueno...
-¿Me dejas intentarlo?
De pronto en mi móvil suena una llamada perdida, sueño que es SUYA, corro a mirarla y… ¡acierto! Entonces me arrepiento de la palabra con la que le fui infiel a mis sentimientos segundos antes.
-No, mejor no, no lo intentes… ¿ves? No te convengo, soy muy rara.
-¿Por qué? ¿Hay otro?
-No, no lo hay. Es sólo un sueño.
-¿Por qué, a él tampoco lo aceptas?
-Sí, pero a él le pasa justo lo que me pasa a mí contigo.
-¡Dios! Me gustaría estar en su lugar.
-Y a mí ser… en fin…
-Entonces… ¿mejor dejamos lo de enamorarte para otro día, no?
-Sí, creo que es lo mejor. Pero no te hagas muchas ilusiones.
-Sólo las justas para seguir viviendo.
-Tengo que irme, buenas noches.
-Buenas noches, no te pido que sueñes conmigo porque es mucho pedir, pero no sueñes con él por favor.
-Vale, intentaré que no venga a mi sueño de las 2.30…



[Opciones, cerrar sesión]

Cojo el móvil y una vez más contesto el toque que me dio ÉL minutos antes. Y al otro lado del teléfono un simple “Piiiiiii” me hace sonreír.
Pero bahhh, ¿enamorada yo?
No, yo no soy de esas.

¡Qué ganas!

La vida… una continuidad de día tras día… Y tras un día malo puede venir otro peor, o puede girar la ruleta drásticamente y venir un día bueno y tras el día bueno, venir otro mejor (o no). Y qué ganas hay siempre de que todos los días de nuestra vida sean de esos últimos, buenos o mejores, nunca malos. Qué ganas de levantarnos cada día y descubrir que tras las ventanas asoma un sol enorme radiante de luz, que tras los cristales se ve un cielo precioso vestido de raso azul, y a ras del suelo hay una hierba tan pura que es confundible con la esperanza vestida del más alegre de los verdes… Qué ganas de vivir esos días uno tras otro incansablemente… qué ganas… aunque sea simplemente para sentir que al día siguiente puede acabarse el mundo porque estas contento y ya todo te da igual… Y qué bonito cuando sientes que ese día es uno de los mejores que has vivido y vivirás porque simplemente valoras el estar vivo y sientes que hasta el cielo te invita a ser feliz.

...

L: ¿has visto la cara de idiota que se te pone cuando hablas con él?
M: ¿yo? Bahhhh

(Mientras YO hablaba con otro ÉL)

M: ¿quién pone ahora cara de idiota al hablar con él?
L: ¿yo? ¡Ja! eso es un chiste, ¿verdad? (por favor di que sí…No puedo poner cara de idiota… no, no… me niego…)

Pero una vez más se me escapa un suspiro…

Bienvenido a la verdadera felicidad.

Hace un tiempo estaba mal, muy mal. Muchas veces me sentí perdida, sola, sin ganas ni motivos para seguir adelante. Muchas veces convertí a mi cuerpo en esclavo de mi razón. Controlé mis reacciones, me volví fría y calculadora, todas mis miradas, gestos y sonrisas estaban programados. Cada pestañeo tenía su función, esconder lágrimas, esquivar miradas… Desafié a mi propio carácter espontáneo y alegre, y a cada indicio de “sentimientos profundos” lo convertí en una carcajada forzada que más tarde desaparecería del mapa de mis sentimientos. Durante mucho tiempo confundí mi obsesión a controlarlo todo con la felicidad, creí que para ser feliz solo necesitaba un poco más de control cada día. Y ahora, después de años intentando ser perfecta, intentando engañar a los demás y engañarme a mí misma… Ahora, al descubrir que por mucho que lo intente soy una perfecta imperfecta; hoy, descubro que la felicidad se encuentra en la libertad de ser uno mismo con todos sus pros y sus contras, que en equivocarse no está el fracaso sino la virtud de aprender. Ahora sé que la felicidad reside en aquellos que aceptan sus fallos y dan importancia a sus virtudes, que viven en medio de la realidad y no en un mundo de papel y apariencias. Porque ahora me doy cuenta de que es mejor vivir en una realidad cruda pero que nos adora, que nos hace llorar de tristeza y reír de alegría en tan sólo un segundo, que vivir en esclavitud perpetua.

Hoy tengo ganas

Hoy tengo ganas de reír, saltar, desafiar a la gravedad y volar aunque sea en sueños. Hoy tengo ganas de cantar aunque me escuches y te rías de mí o conmigo, da igual, porque hoy también tengo ganas de escucharte reír. Hoy tengo ganas de comerme el mundo sin sufrir indigestión, de sentirme grande aun siendo un puntito en medio de la inmensidad. Hoy tengo ganas de ti, de estar a tu lado y abrazarte seas quien seas. Hoy tengo ganas de mí, de mirarme al espejo y regalarme una sonrisa. Hoy tengo ganas de hablar aunque se nos acabe el día y ya no sepamos qué decir. Hoy tengo ganas de ser yo misma sin mirar quien eres tú para sonreírte, invitarte al cine, contarte un chiste malo y hablarte de lo mucho que quiero a mi perrita. Hoy tengo ganas de escribir aunque me salgan incongruencias, de soñar y pensar que todas mis metas son realizables. Hoy tengo ganas de escuchar a Fonsi pero también de escucharte a ti. De hablar en persona en medio de una multitud o en un lugar intimo, por teléfono o por Messenger, pero de hablar contigo. Hoy tengo ganas de sonreír y sentirme plena aunque mañana vuelva a arder Troya porque aunque sea sólo por hoy quiero dedicar el día a ser feliz.

Hablando de mí.

Hablando de mí te diré que no hay nada interesante que decir, soy así como me ves o como dejo que me veas… Un desastre indefinido que se pierde y que te encuentra. Río sola y sin motivo, río contigo o sin ti, lloro, crezco, amo, sueño; despierta o dormida, pero sueño… Salto, corro, caigo, me levantas o me levanto, ando sola, vuelvo a caer, me das la mano… elijo aceptarla, o no… pero sigo andando. Soy así, a veces hablo y no digo nada o lo digo todo sin hablar… Me rio de chistes tontos durante rato, lloro con pelis ñoñas una y otra vez, confundo cosas y palabras al hablar y pinto el mundo del revés… A veces me hablas y a los cinco minutos lo he olvidado y tengo que volver a preguntar… Canto en la bañera y fuera de ella, me aburres y en silencio vuelvo a cantar y te ignoro sin dejar de oírte pero sin escucharte… Dices algo, me molesta y te mando a la mierda, o no, soy brusca o precavida; con frecuencia digo cosas sin pensar o las pienso mucho antes de decirlas y dañar… Así soy… Me sigo atando los cordones de los tenis con lacitos bien fuertes para que no se me caigan, desayuno en mi taza de dibujos, miro las nubes buscando figuritas, duermo todas las noches abrazada a mi peluche favorito, o abrazada a ti. A veces no me peino o me pongo el mismo pantalón dos días seguidos, me encanta cuidar niños pero me cuesta regañarles… Sin máscaras, te escucho y aprendo a quererte al poco de conocerte, veo siempre tus virtudes e ignoro tus defectos o te acepto y te quiero con ellos. Te bajaría la luna si estuviera a mi alcance o te regalaría el firmamento si me demostraras algo especial. Dependo de tus sonrisas y me hace feliz tu felicidad pero soy independiente y no necesito tu consentimiento para elegir, decidir, vivir… Soy la chica melancolía, la que a veces vive de recuerdos y otras veces muere de nostalgia… Me disfrazo de sonrisa o sonrío de corazón, pero nunca tengo mejor regalo. No dejo que me veas o me escuches llorar casi nunca pero no me importa ser siempre tu paño de lágrimas. Sufro en silencio y disfruto a gritos. Me hablas, me dejas, te alejas, te sigo, te pierdo, te recuerdo. Me hablas, no sé qué decir y vuelvo a sonreír. Sufres, no sé cómo actuar y te abrazo… Así soy, caigo y lucho, una y otra vez, siete, ocho, nueve caídas… pero lucho y aprendo a levantarme contigo o sin ti. Soy así fuerte y a la vez débil. Hablo, grito o susurro… montaña rusa o mar en calma… Me emociono y salto, o mantengo la calma y guardo las formas… así de simple o así de complicada. Te amo pero nunca te odio, me alejo pero nunca te olvido… Te abro el corazón y cierro las ventanas, te cierro las puertas o vivo desolada. Siempre estoy aquí aunque no me veas y te escucho aunque no me lo pidas. Soy imperfecta pero perfeccionista conmigo misma y conformista contigo. Hablo mucho, con las paredes, con las piedras, debajo del agua…pero sé callar y escucharte. Casi nunca te llamo o lo hago con temor a molestarte pero me da igual que me llames aunque me despiertes. No te hablo si primero no me hablas tú. Me muero por decirte algo pero espero pacientemente un rayito de seguridad. Mantengo las distancias o no puedo evitar tirarme a tus brazos… Te digo que te quiero o me lo callo eternamente. Ridícula u original, a veces dormilona, muchas otras insomne, soy así depende del día; pesimista u optimista depende de la situación… Así, sin más, soy todo lo que ves y todo lo que no. Niña y mujer, niñata y madura, caótica y templada, complaciente o rebelde… Soy todo depende del día, de las situaciones o de cómo me sienta yo… Depende de lo que veas al mirarme a los ojos o de lo que no ves cuando esquivo tu mirada. Soy todo y a la vez no soy nada.

"De según cómo se mire, todo depende"(8)

Shhh

Shhh, ¡Calla! No digas nada. Sólo mírame a los ojos y durante un segundo, sólo uno, dedícame todos tus pensamientos. Shhh, no hables todavía, vuelve a mirar mis ojos, escucha lo que te gritan en silencio... ¿ya? [...] Gracias por abrazarme, tus brazos no han perdido el calor; gracias por besarme, tus labios me elevan hacia el cielo; gracias por darme la vida y demostrarme que sigues siendo mi héroe.

Pasar página

La vida está compuesta de fases, hay fases buenas, fases malas, fases regulares… y todas las fases tienen sus características. Cuando es una fase buena no queremos que se acabe nunca pero cuando se trata de una fase muy mala a menudo lo único que intentamos es pasar página. Y eso es lo realmente difícil después de una mala etapa; porque en las malas etapas hay decepciones, caídas, sueños rotos… y superar todo eso requiere esfuerzo, ganas, coraje… Porque pasar página consiste en resurgir de tus propias cenizas cual ave fénix. Pasar página es levantarte, sacudirte el polvo y seguir andando. Pasar página es olvidarte de los pensamientos de culpabilidad y entender que la vida es así, que las cosas suceden por una causa u otra y tú no siempre eres esa causa. Pasar página es aceptar las decepciones, restarles importancia y volver a creer. Pasar página es resucitar tus sueños, ir juntando los pedacitos rotos y reforzarlos por las esquinitas como si fuera un frágil puzzle. Pasar página es superar lo malo, no intentar olvidarlo. Porque superar nos ayuda a crecer y lo demás es echar tierra encima dejando pedacitos de las vivencias importantes que nos habían enseñado a vivir y que nos hacían especiales debajo de esa tierra.

Ella

Ella está ahí pase lo que pase, alegra mis buenos momentos y me da su apoyo en los malos. Ella es como una estrella cercana que ilumina mis días y abriga mi alma. Ella es fuerte y a la vez delicada, a veces me golpea y me muestra sus garras y cuando comprendo el motivo, me acaricia con cariño y me besa con calma. Ella forma parte de mi vida, me acompaña a donde vaya… fluye por mis venas, es mi cómplice de batallas. Y es que para mí la música no es solo un puñado de notas sobre un pentagrama, ella es esa cálida sonrisa que nace donde antes sólo había lágrimas.

"Te necesito"

Te necesito ¿cuántas veces en tu vida le has dicho eso a alguien? Yo creo que muy pocas, tal vez ninguna, no lo recuerdo… Y no es que no haya necesitado a nadie nunca, que no necesite a nadie ahora, simplemente se trata de que la autosuficiencia es algo que aprendí desde muy pequeña y siempre creí que necesitar afecto era mostrarme débil. Aprendí a vestirme, atarme los cordones de los zapatos, ponerme los pendientes, fregar los platos… todo con una sola mano, tal vez una y media… Nunca me dijeron como se fregaban los platos con una mano (o una y media), sin embargo no necesité que nadie me explicara. En el colegio siempre fue más de lo mismo; nunca necesité ayuda para hacer tareas, las hacía sola y además me encantaban (posiblemente porque no tenía más vida que la que conocía a través de los libros). Nunca necesité que me defendiera ninguna de mis hermanas (aunque a veces lo hacían sin pedirlo) cuando por una cosa u otra se burlaban de mí, sabía hacer oídos sordos o aguantar las lágrimas y no dejarlas salir hasta que no pudiera más… Creo que nunca necesité ese tipo de cosas, sí necesité la aprobación de los demás en todo lo que hacía, ¡maldito complejo de doña perfecta!, pero me daba igual que no me enseñaran como ponerme unos pendientes, aprendí a base de intentarlo yo sola, sin embargo si necesité más de una vez un abrazo o un “no te preocupes”, una sonrisa o una mirada de “ciertas personas” cuando por azar o por suerte, mala suerte, perdí alguno de mis pendientes favoritos. Aún así no recuerdo haber dicho nunca “te necesito”, quizás lo dije y no lo recuerdo, a lo peor sólo he conjugado el “te” con otro verbo y el “necesito” con cualquier otra cosa, un lápiz por ejemplo. Pero he necesitado a tanta gente… quizás ahora necesito a pocas personas, pero las necesito… porque sin sus sonrisas, sin sus abrazos, sin su voz, el mundo pierde color y porque me siento más completa cuando sé que están ahí dándole sentido a mi existencia. Puede que esté escribiendo esto porque antes echaba mucho de menos a mi madre, un año pasé sin hablar con ella, sin verla, sin perdonar algo que ahora empiezo a entender, un año tardaron en empezar a cicatrizar las heridas y ahora que van por buen camino se que durante ese año la necesité, la necesité mucho pero no se lo dije. Al igual que no se lo dije a nadie cuando yo misma alejaba a todo el mundo de mi lado mientras gritaba en silencio “Te necesito”. Justo ahora lo entiendo… Sí, soy autosuficiente, puedo hacer todo yo sola, (aunque sea con una mano y media) pero “te necesito” no significa ser débil, significa que soy humana y que a pesar de todo sigo VIVA.

Recordarte

Todos los recuerdos bonitos que vivimos juntos los he guardado en una esquinita de mi corazón, ahí estarán a salvo del olvido pues de vez en cuando me gusta dar paseos por nuestros momentos. Y aunque no habrá segunda parte fue tan intensa la primera que prometo no olvidarla nunca… Al fin y al cabo por algo me llamabas “chica melancolía”. Atesoraré cada segundo que vivimos juntos, cada mirada que me regalaste, cada palabra que emprendió un viaje sin retorno de tus labios a mi corazón y estarán ahí grabadas para siempre, cada roce con que tus manos me dieron calor, cada sorbito de vida que me brindaron tus besos y cada ilusión que nació en mi corazón con tu simple presencia.